En un lugar de la mancha donde el sol se tiñe de naranja y sus rayos son acariciados por los molinos, D.Quijote y Sancho anduvieron por esas benditas tierras en su ruta hacia el reino de Aragón. Allí, en el hermoso paraje de la ermita de Rus descansaron y bebieron vino…
San Clemente, villa de Romanos, Musulmanes, conquistadores y conquistados. Declarada conjunto Histórico-Artístico por su amplísimo patrimonio. En el que se destacan la Casa Consistorial y la Iglesia de Santiago Apóstol.
Donde se respira humanidad por sus calles estrechas, fachadas con alma que te impregnan a cada paso, el sonido de pequeñas vocecitas jugando en sus callejuelas. Así es San Clemente un lugar para sentir.
«La Pequeña Corte de la Mancha».