Las chicas de septiembre siempre han sido las mejores. Mis favoritas. Habrá quien tal vez prefiera las chicas de primavera o verano. Pero yo siempre me quedaré con las chicas de septiembre.
Rebosando energía por los cuatro costados y ese brillo eléctrico en los ojos, esas ganas de comerse el mundo. Contándote sus viajes, sus historias de amor, siempre tan exageradas y con todo lujo de detalles, como aquella que contaba Oliva Newton-John a sus amigas en Grease, mientras los demás íbamos de John Travolta por la vida. Las chicas de septiembre van por la calle pisando con seguridad, decididas llenando las terrazas de colores y siempre con más planes por hacer que horas tiene el día (y la noche). Apuntando nuevos libros, bailando las canciones que han descubierto en verano o comentando el último capítulo de The Newsroom mientras devoran un plato exótico de ese nuevo restaurante que les han recomendado. Las chicas de septiembre son como ese punto mágico del estrecho de Gibraltar donde se juntan dos aguas saladas. Son las aguas del verano que se va y las de esa nueva temporada que llega. Y, sin que te des cuenta, te dejas arrastrar por su corriente.
Texto @guardiancenteno
Chaleco: Zara.
Pantalón: Zara.
Bralette: SHEIN.
Choker:SHEIN.